Cómo cambiar de administrador de fincas en Marbella

Cómo cambiar de administrador de fincas en Marbella

La gestión de una comunidad de propietarios requiere organización, transparencia y una comunicación constante entre vecinos y administrador. A veces, cambiar de administrador de fincas en Marbella puede ser una decisión muy necesaria para mejorar la eficiencia y la convivencia para toda la comunidad.


¿Cuándo debemos plantearnos cambiar de administrador de fincas?


Existen diversas señales que indican que ha llegado el momento de buscar un nuevo administrador. En Marbella, donde muchas comunidades incluyen propietarios extranjeros o segundas residencias, la gestión debe ser especialmente ágil y transparente.
Algunos motivos frecuentes para el cambio son:
Falta de comunicación: si las consultas tardan semanas en responderse o los informes económicos no llegan a tiempo, la confianza puede llegar deteriorarse.
Opacidad en las cuentas: un administrador profesional debe presentar unos balances claros, justificantes de gastos y presupuestos detallados.
Mantenimiento deficiente: el cuidado de zonas comunes es algo fundamental. Un mal seguimiento de proveedores o incidencias puede generar costes mayores a largo plazo.
Problemas de morosidad sin gestión activa: la falta de control sobre los impagos puede impactar directamente en la economía de la comunidad.
Escasa presencia o interés: las comunidades de Marbella, con sus particularidades climáticas y alta rotación de residentes, necesitan una administración cercana, flexible y disponible.

Si alguno de estos puntos se repite, probablemente ha llegado el momento de buscar un nuevo administrador de fincas.

Aspectos legales para cambiar de administrador

El cambio de administrador está regulado por la Ley de Propiedad Horizontal (LPH).
El artículo 13 establece que el administrador es designado y removido por la Junta de Propietarios, con el voto de la mayoría simple de los propietarios presentes o representados.

Procedimiento básico:

  • Nombramiento y toma de posesión del nuevo administrador
    El nuevo profesional asume oficialmente las funciones de esta nueva comunidad una vez recibe la documentación y el acta de nombramiento.
  • Incluir el punto en el orden del día
    El presidente o un grupo de propietarios que represente al menos el 25 % de las cuotas pueden solicitar que el cambio de administrador se incluya en la siguiente Junta Ordinaria o Extraordinaria.
  • Convocar la Junta de Propietarios
    La convocatoria debe incluir el punto exacto: “Propuesta y votación para el cambio de administrador de fincas”.
  • Celebrar la Junta y votar
    Durante la reunión, se exponen los motivos y se presentan las alternativas. Si la mayoría vota a favor del cambio, la decisión es válida y debe reflejarse en el acta.
  • Comunicar el cese al administrador saliente
    Tras la votación, el presidente o el nuevo administrador notifican por escrito el cese y solicitan la entrega de toda la documentación y fondos de la comunidad (cuentas bancarias, facturas, contratos, etc.).

Cómo elegir a un nuevo administrador de fincas

En una ciudad como Marbella, que cuenta con un mercado inmobiliario tan dinámico y comunidades muy diversas, elegir al administrador adecuado puede marcar una gran diferencia.
Los criterios que debe tener un administrador de fincas en Marbella son:

  • Experiencia local comprobada: conocer las normativas municipales, proveedores de confianza y particularidades urbanísticas de la Costa del Sol.
  • Gestión bilingüe: imprescindible en comunidades con propietarios extranjeros.
  • Transparencia financiera: acceso a cuentas, presupuestos y facturas.
  • Capacidad de respuesta: atención ágil ante incidencias y comunicación continua con presidente y vecinos.
  • Mantenimiento proactivo: anticiparse a problemas como por ejemplo, humedad, corrosión o climatología.

En Martin Properties combinamos la experiencia local, atención personalizada y herramientas digitales para que los propietarios puedan seguir la gestión de su comunidad en todo momento.

¿Qué recomendaciones daríamos para una transición sin conflictos?

El proceso de cambio de administrador de fincas no debería convertirse en un motivo de tensión ni entre los vecinos ni con el profesional saliente. En realidad, cuando se gestiona de forma planificada, transparente y con una comunicación adecuada, la transición puede desarrollarse con absoluta normalidad y, además, convertirse en una oportunidad para fortalecer la gestión de la comunidad. En Marbella, donde muchas comunidades están formadas por propietarios internacionales y las exigencias de mantenimiento son elevadas, una transición ordenada y diplomática resulta esencial para garantizar la continuidad de los servicios y mantener la armonía vecinal.

Lo más importante al iniciar este proceso es mantener una actitud constructiva y evitar que el cambio se perciba como un enfrentamiento personal. La decisión de sustituir al administrador debe presentarse como una mejora del servicio, una evolución natural hacia una gestión más moderna, eficiente y adaptada a las necesidades de la comunidad.

Antes de formalizar el traspaso, es recomendable realizar una revisión detallada de las cuentas y documentos de la comunidad. Este paso no implica desconfianza, sino un ejercicio de responsabilidad y claridad. Una auditoría, incluso básica, permite confirmar que todos los pagos están al día, que no existen deudas con proveedores y que los saldos coinciden con los extractos bancarios.

En paralelo, conviene actualizar los datos de contacto con todos los proveedores, entidades bancarias y aseguradoras para que reconozcan al nuevo administrador como interlocutor autorizado. Esta tarea, aunque administrativa, es crucial para prevenir confusiones en la facturación o pagos duplicados.

Por último, una comunicación efectiva con todos los propietarios es esencial para cerrar el proceso con éxito. El presidente o el nuevo administrador deben informar formalmente del cambio, explicar los motivos y destacar las ventajas que traerá la nueva gestión.

En definitiva, cambiar de administrador de fincas en Marbella no tiene por qué ser un proceso complicado ni generar conflictos. La clave está en actuar con orden, respeto y transparencia, manteniendo siempre el interés común como prioridad. Una comunidad bien gestionada, con cuentas claras, mantenimiento planificado y comunicación fluida, no solo garantiza la convivencia sino que también contribuye a preservar el valor y la reputación de las propiedades. Contar con un administrador comprometido y con experiencia local es, sin duda, la mejor garantía para que la transición no solo sea tranquila, sino también el inicio de una nueva etapa de estabilidad y confianza.

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